Últimamente hemos estado sumamente inactivas, y seguramente creeréis que simplemente nos aburrimos y dejamos esto de lado. No es así. Ha habido motivos varios y cada una ha tenido los suyos, sin embargo, hay uno de ellos en el que coincidimos y tal vez sea el que más nos ha afectado.
Durante unas semanas estuvimos escribiendo de manera muy activa. Fue entonces cuando decidimos crear la cuenta de Twitter y el blog, y dejamos programadas algunas cosas por si nos faltaba el tiempo, ya que íbamos a estar ocupadas no sólo con los exámenes, sino también con ciertos eventos a los que teníamos que acudir o en los que nos encontrábamos involucradas. Y efectivamente, nos vimos faltas de tiempo por esto y otros motivos, aunque intentábamos seguir escribiendo e interactuando en Twitter. No tuvimos mucho éxito especialmente a la hora de escribir. Con nuestra rutina de escritura rota y enfrentándonos a los que creemos que son los capítulos más difíciles de Proyecto Cordis, empezó a faltarnos la inspiración, justo cuando más la necesitábamos. Aun así, intentábamos seguir escribiendo y esforzándonos, ya que nuestro plan era terminar la novela para agosto o septiembre. No pudimos. Nos encontramos con algo que, aunque pueda parecer simple, nos golpeó a ambas. Estábamos en un momento demasiado vulnerable de nuestra escritura y nos aplastó la autoestima.
El tema es que nuestros padres empezaron a ver una película cuyo título no vamos a decir por si de alguna forma pudiéramos llegar a influenciar en opiniones ajenas, pero que creemos que muestra la vida de los autores de manera poco realista. No pudimos terminar de verla, de modo que no sabríamos decir si el mensaje que querían dar era el que nosotras entendimos viendo únicamente con el principio. La razón por la que no seguimos viendo es porque nos hizo sentir mal, inferiores. No hacía mucho que habían salido artículos varios acerca de la escritura femenina, todos escritos por hombres. Algunos se quejaban de se estuviese publicando a autoras jóvenes, porque según ellos sólo les publican por ser guapas y no por la calidad de lo que escriben, que los autores masculinos y mayores lo tenían más complicado, pero que obviamente lo que escribían sí era literatura de verdad, de calidad. Otros, decían que las mujeres no leemos a autoras que merezcan la pena, que no teníamos ni idea de calidad literaria y que realmente no hablábamos nunca de escritoras de verdad. Al principio, nos tomamos esto con el mayor humor posible, pero no podíamos evitar sentirnos humilladas a causa de ese tufo machista en el mundo literario. Quiero decir, sabíamos que existía, y ya habíamos leído y visto a señores muy ofendidos por que las mujeres escriban, que escriban lo que quieran y que además publiquen y tengan éxito. Sin embargo, en aquel momento, todos parecían haberse puesto de acuerdo para escribir artículos degradantes sobre la mujer en la literatura o diciéndonos a las mujeres qué leer y escribir y lo que vimos en la película ya fue la gota que colmó el vaso, el golpe definitivo a nuestra autoestima como autoras.
En la película se muestra un autor que no consigue ser publicado, mientras que su esposa, que además le ha puesto los cuernos, ha publicado y ha tenido éxito. Llega un momento en el que él le suelta que ella sólo escribe basura, literatura insustancial para masas, que por eso publica y que él lo que quiere es escribir literatura de verdad. No sólo eso, a ella la entrevistan mil veces, pero nunca porque les interese realmente lo que escribe, sino por motivos completamente distintos. En otras palabras, no la toman en serio. Tal vez parezca absurdo, pero para nosotras no lo fue en absoluto. Como resultado, no éramos capaces de escribir y decidimos darnos un descanso.
Escribimos esto porque todavía nos cuesta continuar nuestra novela y se acerca el Día de las Escritoras. Queremos dar ánimos a todas esas autoras, publicadas o no, que se han sentido mal o inferiores en el ámbito literario por culpa de hombres. Actualmente no vamos a poder evitar encontrarnos con el machismo de golpe. Vivimos en una sociedad patriarcal en la que todo lo creído femenino se considera menos. Ya sea porque escribáis romántica, juvenil, ambas cosas o simplemente porque seáis mujeres, siempre van a intentar haceros sentir inferiores, así que, por favor, seguid escribiendo, no permitáis que os destrocen la autoestima. Nosotras vamos a seguir haciéndolo.
¡Buenas!
ResponderEliminarEnhorabuena por la reapertura del blog y por haber superado ese bache. Lamento mucho esa mala racha. Hay veces que todas las cosas se nos vienen encima y es necesario parar.
No había leído esos artículos que hablan sobre las escritoras, sí he podido ver comentarios muy hirientes y machistas a una autora en concreto pero hay cosas que nombráis en el artículo que me cuesta entender como alguien puede decir esas cosas y que otras las publiquen.
No podemos dejar que gente así hundan nuestros sueños, mucho ánimo y a luchar por lo que queremos. Un abrazo muy grande y espero veros mucho por aquí.
¡Un besito!